miércoles, 3 de octubre de 2007

Hugh Laurie

Hoy voy a hablaros de mis ídolos.
En mi olimpo personal, aparte del todopoderoso Steve Jobs, Dios de todos los Dioses, aparece Hugh Laurie, o más bien, House.



Sí, él es uno de mis Dioses porque es un pasota y un malote, porque lleva zapatillas chulas, bastón tuneado y usa skate. Solo le falta ser punk.

Tras conseguir su autógrafo, me he impuesto una nueva meta, conseguir 50 Cl. de sus jugos gástricos, lo que se convertirá en mi posesión más preciada, bueno, mejor dicho, mi tercera posesión más preciada. La primera es la glándula lacrimal de Steve Jobs. La segunda es mi iMac.

Quiero ser como Hugh Laurie. De hecho lo he intentado varias veces.
Os voy a contar uno de mis infructuosos intentos de parecerme a él. Decidí cojear. Pero no me servía el actuar, quería ser tal como él. Así que decidi saltar por la ventana de mi casa de campo, o más bien mi casa de pueblo, pues esta está en un sitio llamado Sarrión. Más bien el sitio lo forma mi casa, pues es la única del pueblo. Tras dilucidar un largo rato y haciendo alarde de mi gran y no por ello menos sorprendente capacidad intelectual, decidí saltar no desde el primer piso, sino desde la planta baja, pues así llegaría más rápido al suelo y antes me parecería a House.
Así lo hice, salte al pequeño patio que tengo al lado de la cocina, desde una altura de 20 cm. , pues hay un pequeño escalón. Tal fue mi sorpresa al ver que no cojeaba, sino que me había partido un brazo en la caída, porque lo tenía en una postura un poco extraña. Desconsolado y magullado, tirado en la terraza, me puse a llorar...no había conseguido parecerme un poco más a House. Cuando parecía que nada podía ir peor, apareció mi perra en el patio, y me comenzó a morder hasta sangrar, haciéndome un tajo de 30 centímetros de largo, pero aún no había acabado todo. En vez de dejarme desangrarme, cosa que de buen agrado habría aceptado, pues había fallado en mi tarea, se acercó con un limón partido en dos, y tras echarme todo su jugo en la herida, torturándome, me la cosió, con precisión milimétrica.

Aquí estoy. Sigo intentando incansable parecerme a House. Y sé que algún día lo conseguiré...lo sé.